Al menos un indígena muerto y 101 policías heridos tras protestas en Ecuador
Un manifestante indígena murió el martes en enfrentamientos con las fuerzas del orden durante un noveno día de manifestaciones contra el gobierno ecuatoriano que el ejército ha calificado de "grave amenaza".
Se calcula que unos 10.000 indígenas, muchos de los cuales se desplazaron a Quito a pie o a lomos de camiones, salieron a las calles de la capital empuñando palos, fuegos artificiales y escudos hechos con señales de tráfico, enfadados con los precios de los carburantes y el gobierno conservador del presidente Guillermo Lasso.
Los mayores enfrentamientos se concentraron en el norte de la capital, Quito, una ciudad de más de dos millones de habitantes, donde los agentes, incluso algunos en motocicletas y a caballo, intentaron dispersar a la multitud utilizando vehículos antidisturbios equipados con gases lacrimógenos y cañones de agua.
De interés:
El centro cultural de la ciudad, un edificio rodeado de espejos que ha sido un punto de encuentro tradicional para los indígenas, fue tomado por las fuerzas del orden el domingo mientras intentaban controlar a la multitud.
"El objetivo de hoy es retomar la Casa de la Cultura", dijo a la AFP el manifestante Wilson Mazabanda, antes de que la policía utilizara gas pimienta para disolver al grupo.
Varias horas al sur de Quito, en la localidad amazónica de Puyo, un miembro del grupo indígena quichua murió mientras participaba en un bloqueo de carretera cuando fue "golpeado en la cara, aparentemente con una bomba de gas lacrimógeno" durante un enfrentamiento con las fuerzas del orden, dijo a la AFP la abogada Lina María Espinosa, de la organización Alianza por los Derechos Humanos.
La policía, sin embargo, dijo que "se presume que la persona murió como resultado de la manipulación de un artefacto explosivo".
Su muerte se suma a la de un joven que a principios de esta semana cayó a un barranco en una localidad de la periferia de Quito donde se desarrollaban protestas. La fiscalía ha abierto una investigación por homicidio sobre el incidente, que la policía ha declarado como un accidente.
En medio de la violencia, el presidente Lasso aceptó participar "por el bien del país" en un "proceso de diálogo franco y respetuoso" con la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que convocó las protestas.
Sin embargo, su líder, Leonidas Iza, condicionó cualquier diálogo a la derogación del estado de excepción convocado en seis de las 24 provincias de Ecuador, que permite la movilización de los militares.
En una declaración difundida en las redes sociales, el líder indígena dijo que la respuesta del gobierno a las protestas "sólo ha logrado exacerbar el ánimo de la población y generar graves escaladas de conflicto".
La Alianza por los Derechos Humanos informó de que al menos 90 personas han resultado heridas y 87 han sido detenidas desde el inicio de las protestas el 13 de junio.
La policía, por su parte, ha informado de 101 uniformados, incluidos soldados, heridos, otros 27 retenidos por los manifestantes y 80 manifestantes detenidos.