El circo lleva comida y entretenimiento a los más afectados por la pandemia en Bogotá
Un circo callejero de Bogotá decidió ampliar su trabajo con el propósito de ayudar a la gente perjudicada por la cuarentena de la COVID-19, para lo cual, además de ir a las barriadas a presentar su espectáculo, también hacen almuerzos comunitarios para los más necesitados.
Con su "sopita de murciélago", los miembros del grupo Circo Encuentro llegan hasta aquellas barriadas del sur de Bogotá donde predominan los trapos rojos colgados en las ventanas, la enseña usada para pedir ayuda para quienes no tienen qué comer por el aislamiento decretado desde el 25 de marzo por el Gobierno para combatir la pandemia.
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"Nosotros nos dimos cuenta de que en varias comunidades había trapitos rojos, de que la gente había entrado en un estrés, también mental, debido a que fuimos forzados a encerrarnos en las casas sin preparación alguna", dijo a Efe Alexandra Suárez, una de las cuatro integrantes de Circo Encuentro que participa de la iniciativa.
Este colectivo nació hace 11 años en Bogotá y de él hace parte la artista desde hace seis, cuando se los encontró "haciendo circo" en un parque del sur de la ciudad.
UNA CAUSA SOCIAL Y PERSONAL
Vestidos con camisas circenses de franjas verticales rojas y blancas, narices de colores, sombreros extravagantes y tapabocas con imágenes vistosas, los miembros del colectivo llegan con monociclos, bolos y ollas repletas de sopa para realizar su labor social.
Sin embargo, detrás de la alegría y de los malabares hay un proceso juicioso que empieza días antes cuando comienzan a buscar las donaciones de comida que les permitan cocinar la "sopita de murciélago", que además les sirve de alimento a los cuatro miembros del colectivo que hoy están sin trabajo por la cuarentena.
"Nosotros nos dedicamos al arte, hacemos acompañamientos artísticos a empresas (...) Debido a lo de la pandemia estamos totalmente desempleados, abandonados por el Estado. (Vivimos) actualmente de la voluntad de los que nos quieren colaborar con el alimento, porque de este alimento también estamos comiendo nosotros", contó Suárez.
En ese sentido, la mujer explicó que durante días recorren tiendas, mercados y plazas en busca de donaciones de alimentos, que una vez tienen pasan por una limpieza exhaustiva el día anterior a la preparación de la sopa.
Luego de decidir dónde van a hacer su intervención, tras mirar la cantidad de trapos rojos y las condiciones de seguridad para evitar accidentes en los barrios, llegan hasta allí con las ollas de comida.
"Después de que empezamos a preparar, a pelar y a picar (alimentos), nosotros dejamos preparando la sopita. Cuando ya la sopita está casi lista, hirviendo, entonces empezamos a prepararnos, maquillarnos y arreglarnos, y ahí procedemos a hacer la toma artística como tal", explicó.
VEHÍCULO PARA ENSEÑAR
Además de sacarle sonrisas a los niños y de distraer a los adultos ante las difíciles circunstancias que viven, el Circo Encuentro está aprovechando sus presentaciones para promover entre la gente el lavado de manos y el uso mascarillas para prevenir el contagio de la COVID-19.
"Hacemos esta toma artística con algo de circo e involucrando cultura, pero también con enseñanza porque la idea es dejar un mensaje", manifestó Suárez.
Y es que en su opinión, obras como la que están haciendo deberían repetirse en muchos sectores y por muchas más personas que tengan vocación de ayudar a los más afectados por la larga cuarentena en la que está Colombia desde hace casi tres meses.
"Esto tiene un proceso y es un proceso largo, que no es fácil. Llegar donde el tendero, que te rechacen, es complicado manejarlo, pero de todo eso la recompensa es la felicidad de la gente al recibir el alimento, de ver a los niños tan contentos de que les llegue el circo a casa", aseguró.
Por ello concluye diciendo: "Esto vale la pena hacerlo porque monetariamente no estamos recibiendo nada pero espiritualmente lo estamos recibiendo todo". EFE