El hallazgo de un manatí y un delfín muertos revive el desastre ecológico en el Lago de Maracaibo
Un manatí y un delfín fueron hallados muertos el 12 de septiembre en el Lago de Maracaibo, el más grande de América y el segundo más antíguo del mundo con 36 millones de años, han revivido el debate sobre la ausencia de políticas para sanear la cuenca, así como la responsabilidad de Pdvsa.
Ambientalistas y pescadores denuncian constantemente su contaminación a causa de derrames de petróleo, basura y más recientemente una bacteria conocida como verdín.
El Estado dice haber implementado varios planes de descontaminación pero sus aguas siguen putrefactas, dejando a los pescadores sumidos en la hambruna, la pobreza y la falta de respuesta.
Además de animales muertos, el Lago de Maracaibo está poblado de infraestructura de la estatal Pdvsa, en ruinas, y con constantes derrames de crudo.