Esposa y hermana de presos políticos en Venezuela cuenta su dramática situación: "Mis hijos son los que más han sufrido todos estos años"
En entrevista con NTN24, Verónica Noya, esposa y hermana de presos políticos en Venezuela, expone la dramática situación que enfrentan sus familiares encarcelados por el régimen de Nicolás Maduro. Su testimonio revela las duras condiciones y violaciones de derechos humanos que sufren los prisioneros políticos en el país sudamericano.
Noya, quien se encuentra en el exilio en Madrid, comparte el doble drama que vive su familia. Su esposo, el capitán de la Guardia Nacional Antonio Sequea, y su hermano Fernando Noya, llevan más de cuatro años en cautiverio. Actualmente, se encuentran recluidos en la cárcel El Rodeo, donde, según denuncia Verónica, están "incomunicados y sometidos a torturas".
"Han sido cuatro años muy duros, primero porque han sido violados todos sus derechos humanos, después porque no tuvieron un juicio justo", afirma Noya. Agrega que a sus familiares "se les impuso una defensa pública" y "están condenados a 27 años de prisión" sin haber tenido derecho a una defensa adecuada.
La situación en El Rodeo es particularmente preocupante. Noya describe que los presos políticos están confinados en "celdas dos por dos, con alimentación limitada, sin agua potable, en unas condiciones muy inhumanas". Además, señala que el trato es "mucho más cruel con los militares".
El impacto emocional en los hijos de Verónica es otro aspecto desgarrador de esta historia. "Mi esposo tiene tres hijos menores de edad, quienes son los que más han sufrido durante todos estos años", relata. Los niños enfrentan "episodios de ansiedad" debido a la falta de contacto con su padre y la incertidumbre sobre su situación.
A pesar de las adversidades, Noya mantiene una actitud resiliente. "Siempre he hablado a mis hijos con la verdad", afirma, explicándoles que su padre y tío son "héroes porque dieron un paso al frente" en busca de "un país libre y democrático".
La esperanza de un reencuentro en el 2025 es lo que mantiene a la familia Noya en pie. "Creemos que es porque ya es el final, es el final de tanto sacrificio y esfuerzo", expresa Verónica, visualizando un año "lleno de esperanza, de libertad y con las ganas de abrazarnos todos".