Papa Francisco recibe el alta médica tras cirugía abdominal: "Todavía vivo"
Hospitalizado por más de una semana tras ser sometido a una cirugía abdominal, el papa Francisco fue dado de alta este viernes 16 de junio.
Desde el centro asistencial Gemelli, situado en Roma, el sumo pontífice partió nuevamente hacia el Vaticano horas después de que se conocieran las primeras fotos del religioso luego de ser intervenido quirúrgicamente.
Antes del alta médico, Francisco visitó el departamento de oncología y neurocirugía pediátrica del hospital.
Las imágenes fueron publicadas por el departamento de prensa de la Santa Sede, en un intento de calmar la preocupación de los millones de seguidores de la Iglesia católica.
A las puertas del centro médico, el líder de la Iglesia católica intercambió un par de palabras con la prensa internacional que preguntó al argentino cómo se sentía: “Todavía vivo”, respondió.
El regreso del papa sudamericano al Vaticano tuvo una parada ‘express’ en la basílica de Santa María la Mayor (Roma), lugar en el que el jerarca religioso rezó.
El único pronunciamiento oficial del papa se dio dos días después de su hospitalización. En ese momento, el oriundo de Flores, Buenos Aires (Argentina), sostuvo mediante la red social Twitter: “Agradezco de corazón las oraciones y los muchos mensajes de cercanía y afecto que han llegado en estos días. Rezo por todos, especialmente por los que sufren. Les pido que sigan rezando por mí”.
La intervención a la que fue sometido Francisco se conoce como laparotomía, una cirugía abierta del abdomen.
De momento, Jorge Mario Bergoglio (nombre secular del pontífice) deberá mantener reposo, pues le espera una agenda apretada.
En agosto, por ejemplo, tiene previsto ir a Portugal a propósito de las Jornadas Mundiales de la Juventud en Lisboa, donde se esperan cerca de veinte actos y once discursos.
Mientras en septiembre llevará a cabo una visita oficial a Mongolia y oficiará una misa multitudinaria en Marsella, Francia, el 23 del mismo mes.
Hasta la fecha, el papa ha sufrido crecientes problemas de salud en el último año, desde dolores persistentes en la rodilla derecha hasta su reciente hospitalización por una obstrucción intestinal.
Por ende, estos episodios han alimentado las especulaciones de que el Santo Padre podría optar por retirarse en lugar de permanecer en el cargo de por vida (decisión que tomó su predecesor, Benedicto XVI).
