¿Papa Francisco tomaría el mismo camino de su antecesor Benedicto XVI?
Tras cerca de nueve años y cinco meses de pontificado, el Papa Francisco no descarta renunciar. “Cambiar de papa no sería una catástrofe”, aseveró durante la conferencia de prensa en el vuelo que lo traía de regreso de su gira en Canadá el pasado fin de semana.
El máximo jerarca de la Iglesia Católica, de 85 años, admitió las dificultades que padece por cuenta de sus quebrantos de salud, acentuados en la época reciente por un problema de rodilla que lo ha obligado incluso a usar silla de ruedas en sus celebraciones litúrgicas y eventos públicos. “No creo que pueda ir al mismo ritmo que antes. Pienso que a mi edad y con esta limitación tengo que reservar algo de fuerzas para poder servir a la Iglesia. O también podría plantearme la posibilidad de hacerme a un lado”, agregó.
Dos asuntos puntuales parecieron acrecentar más los rumores sobre una eventual renuncia de Francisco, el octavo consistorio que convocó para el 27 de agosto en el que consagrará a 21 nuevos cardenales y la visita que un día después prevé realizar a la ciudad de L'Aquila donde presidirá la celebración del perdón, promulgada por el Papa Celestino V en 1294.
Los restos de Celestino V, quien ejerció el derecho a renunciar a finales de ese mismo año, fueron visitados por el entonces Papa Benedicto XVI en 2009 y 2010, quien a su vez tomaría la misma decisión de abandonar el trono de San Pedro en febrero de 2013.
