¿Qué deben hacer los gobiernos de Latinoamérica frente a la influencia del narcotráfico en las cárceles?
Las cárceles latinoamericanas se han convertido en guaridas del narcotráfico.
Lo advierten expertos que, en un interesante trabajo publicado en el portal BBC Mundo, explican que en los últimos años los centros penitenciarios se han transformado en los principales conductores de violencia en la región.
La explicación estaría en la poca financiación de los sistemas de justicia, la corrupción y el abuso de políticas gubernamentales de “mano dura”, como le llaman algunos gobiernos.
El Salvador es uno de esos ejemplos. Desde el año pasado, el presidente Nayib Bukele aplica un estado de excepción que ha suspendido derechos constitucionales de los ciudadanos en medio de su denominada guerra contra las pandillas. Al menos 57 mil personas han sido encarceladas acusadas, muchas de ellas sin pruebas, de pertenecer a bandas delincuenciales. La situación, asegura el centro de investigación Insight Crime, ha provocado un hacinamiento carcelario.
Ese hacinamiento también lo viven países como Ecuador, donde en los últimos meses han aumentado las masacres dentro de los penales, pero también los atentados perpetrados por presuntos líderes de grupos de narcotraficantes que se permiten operar desde las prisiones.
Para los expertos el crimen organizado ha sacado provecho de las debilidades del sistema para hacerse con el control de las cárceles, en una suerte de tierra de nadie… Desde sus celdas, dirigen secuestros, redes de sobornos a otros presos para obtener desde celulares y hasta armas; e incluso trabajan como subcontratistas de organizaciones criminales extranjeras.
¿Cuán profundo es este problema y cómo deben los gobiernos hacer frente a él?
Marcelo Bergman, profesor y director del Centro de Estudios Latinoamericano sobre Inseguridad y Violencia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero en Argentina, ofreció una entrevista en Cuestión de Poder de NTN24.