¿Qué impacto tiene la muerte de Yahya Sinwar en el conflicto entre Hamás e Israel en Medio Oriente?
El jueves 17 de octubre, Israel dio un duro golpe al grupo terrorista Hamás con la baja de su máximo líder, Yahya Sinwar, quien era señalado de orquestar la operación de hace un año en la que murieron 1.198 personas en el sur del país, en su mayoría civiles, y donde fueron capturados 251 rehenes.
Ante este panorama, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, consideró la baja de Sinwar como “un momento importante en la guerra” e informó a las familias de los rehenes que aún están bajo poder del grupo terrorista que la “tarea aún no se ha completado”.
"Continuaremos con todas nuestras fuerzas hasta que todos sus seres queridos estén en casa", dijo.
Al respecto, Asher Westropp-Evans, vocero de la Oficina del Portavoz Ciudadano de Israel, dialogó con NTN24 sobre el panorama en Oriente Medio luego de los últimos acontecimientos, así como sobre el futuro de los secuestrados.
“Como hemos tenido estos objetivos y el asesinato de todos estos líderes… Esto sí tiene un impacto porque les quitan las capacidades de liderazgo y cómo estaban operando estas armadas terroristas, debilitan un poco su resistencia y también el régimen iraní que está alrededor de Israel… Esto es una oportunidad que realmente representa que podamos pasar lo que era Sinwar, que era cruel, corrupto y muy maldadoso… Así que vemos una oportunidad de pasar la página con este ataque”, señaló.
En cuanto al futuro de los civiles que fueron secuestrados el 7 de octubre por el grupo islamista palestino, Westropp-Evans argumentó que Israel ha estado luchando desde hace un año para poder traer a todos con vida.
“Estamos luchando para poder lograr traer a los rehenes de vuelta a casa lo más pronto posible, pero como estamos viendo en este momento, esto está en las manos de aquellos que estaban bajo el régimen de Yahya Sinwar”, agregó.
Es de mencionar que luego de confirmarse la muerte del máximo líder de Hamás, el primer ministro israelí hizo un llamamiento a los miembros del grupo a deponer las armas y devolver a los rehenes a cambio de “ irse y vivir”.
“A quien deponga las armas y devuelva a nuestros rehenes, le permitiremos irse y vivir. A quien dañe a nuestros rehenes, habrá sangre en su cabeza y lo haremos responsable”, sentenció.
