"Te arrancan el derecho a poder regresar y vivir en tu país": activista desterrado por Daniel Ortega el pasado febrero
Nicaragua todavía tiene hoy, al menos, 89 presos políticos. Es la cifra difundida por el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas en el país, un grupo creado por familiares y defensores de derechos humanos.
De estos, al menos 16 son mujeres, uno es obispo y hay cinco sacerdotes, y según reporta la oposición, la tercera parte de ellos están enfermos y varios más en huelga de hambre.
Tras la excarcelación de 222 opositores deportados a principios de febrero a Estados Unidos, activistas y voces de oposición temen que los presos de conciencia, que todavía permanecen en Nicaragua, estén en riesgo de ser invisibilizados, sobre todo a nivel internacional.
La represión en el país no afecta solo a los detenidos. También familiares que alzan su voz o claman por la libertad de sus allegados son objetivo del régimen, lo que contribuye a acallar sus voces por temor.
Además, tampoco ayuda el hecho de que el gobierno ya no oficializa los arrestos de opositores ni los presenta públicamente.
Lo poco que se sabe sobre los juicios y condenas es lo que rara vez se “filtra” desde alguna dependencia judicial, sin el aval de la vicepresidenta, vocera oficial y esposa de Ortega, Rosario Murillo.
Según un reporte periodístico de Deutsche Welle, el régimen sabe que los medios internacionales evitan publicar información no confirmada oficialmente, lo cual abona al creciente silencio sobre Nicaragua.
¿Cuál es la situación de estos presos políticos hoy? ¿Cómo se organizan los activistas –algunos, de los cuales salieron del país en febrero– en sus actividades para denunciar las violaciones del régimen?
Lesther Alemán, representante de Alianza Universitaria Nicaragüense, habló en el programa Cuestión de Poder de NTN24 sobre la situación de los presos políticos
Él mismo fue uno de los líderes estudiantiles más vocales en el país tras las protestas de abril de 2018 que fueron reprimidas por el régimen. Estuvo en prisión durante 20 meses y fue uno de los presos políticos desterrados por Daniel Ortega en febrero pasado.
“Te arrancan el derecho a poder regresar y vivir en tu país, no es nada cómodo y ha sido un proceso de adaptación violento de manera emocional”, afirmó Alemán sobre el destierro.
Sobre su paso por prisión indicó que estuvo en una celda de máxima seguridad de “dos por dos”. “La ansiedad y desesperación se dan de manera permanente”, mencionó.
