Tres niños murieron tras caer en un lago congelado en Reino Unido
Este lunes la Policía de Reino Unido confirmó el fallecimiento de tres niños de 8, 10 y 11 años que cayeron en un lago congelado en la villa de Solihull. Un cuarto niño de seis años se salvó y permanece en el hospital en estado crítico, según informaron las autoridades locales.
Los cuatro menores fueron rescatados ayer luego de haber caído al lago de Solihull ubicado al sureste de Birmingham. De acuerdo con la versión de algunos testigos del suceso, los cuatro niños estaban jugando encima del lago cuando cayeron al agua.
Tras caer al agua, los bomberos lograron sacarlos a los cuatro del lago e intentaron reanimarlos, sin embargo, solo uno de ellos pudo ser reanimado de manera exitosa. Los otros niños sufrieron un paro cardiaco.
“Nuestros pensamientos están con sus familias y amigos en este momento profundamente descorazonador”, aseguró la Policía, que informó que continúa la búsquedas en el lugar de los hechos para verificar que no haya más víctimas del accidente.
Por su parte, el comandante del área del Servicio de Bomberos de West Midlands, Richard Stanton, señaló que “los lagos, estanques, canales y embalses congelados pueden parecer pintorescos pero pueden ser letales, y no hay mayores advertencias de esto que los trágicos eventos de ayer”.
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Richard Harris, superintendente de policía de West Midlands, expresó que es importante enfatizar que “no hemos tenido contacto con nadie que sugiera que falta alguien más, pero hasta que estemos 100% seguros, realizaremos búsquedas durante el transcurso de hoy”.
Esta tragedia se da en medio de la reciente ola de frío intensa a la que ha sido sometido el Reino Unido, con termómetros que descienden hasta los -10° C en algunas zonas del país. Según la oficina meteorológica británica estas temperaturas “no son inusuales para esta época del año”.
En Londres, miles de ciudadanos del transporte público como automovilistas tuvieran que vivir perturbadores desplazamientos este lunes debido a las fuertes heladas y nevadas que azotan la ciudad.
El aeropuerto de Stansted, ubicado al norte de la capital británica, cerró sus pistas este domingo en la noche para poder limpiar la nieve. Además advirtió a los usuarios de algunos retrasos y cancelaciones en los viajes por la ola de frío.