Régimen de Maduro ratifica a Tarek William Saab como Fiscal General prolongando una gestión de difamación e impunidad
Es el fiscal de las polémicas. Tarek William Saab se enfoca no solo en los casos políticos, que han vidido etapa más oscura en los últimos años, sino que además es un cazador de noticias virales en las que se convierte en el "gran justiciero".
Recientemente la polémica lo alcalzó a él cuando se refirió a Lula como un mentoriso que respondía a los intereses de Estados Unidos, esto por la posición que ha tenido el mandatario de Brasil, Luiz Inacio Lula Da Silva, sobre las elecciones en Venezuela de las que pide se presenten las actas.
La administración de Maduro, en un intento de entrar a los BRICS, salió a tomar distancia de lo dijo por Saab, pero ya la decisión de Lula estaba tomada: Venezuela no formaría parte del bloque económico.
Entonces Saab tomó un respiro y este jueves en sesión plenaria de la Asamblea Nacional de absoluto control chavista, lo ratificó como fiscal General de Venezuela.
Un par de días antes, Maduro había dicho: "El fiscal es un hombre de la justicia, con mucha credibilidad nacional. Es el funcionario con más credibilidad y la institución con más credibilidad en Venezuela, con más del 70% por su actuación contra la corrupción y contra la conspiración permanente".
También Saab había acusado de Lula de fingir el accidente que le impidió estar en Rusia para la reunión de los BRICS, y como ya Venezuela había quedado por fuera, todos los funcionarios de Maduro lo aplaudieron.
Ahora estará siete años más en el cargo al que llegó en 2017 en sustitución de Luisa Ortega Díaz, ahora en el exilio.
Su despacho emite decenas de solicitudes de captura contra disidentes y opositores al régimen de Maduro y al referirse a los casos toma parte y sentencia a los señalados.
Saab ha dado un giro en los últimos años sobre su apariencia.
Antes poeta, humilde y reservado mensajero de la justicia: Hoy un fornido funcionario de trajes ajustados, maquillaje, cirugías y tatuajes.
Pero la cara más oscura la tiene desde su sitio de despacho frente a la plaza Parque Carabobo, donde pide a los tribunales órdenes de captura, citaciones y acusaciones con cargos graves para todo aquel que se oponga al chavismo.
En los documentos de la organizaciones de derechos humanos es señalado de ser el brazo ejecutor de la política represiva del gobierno de Nicolás Maduro.
Se ha burlado públicamente de la decisión de Edmundo González Urrutia de huir de Venezuela luego de las elecciones cuando se le libró orden de captura.
Además ha refrendado cada una de las decisiones del régimen que son violatorias a los más elementales derechos de los ciudadanos.
