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Domingo, 22 de diciembre de 2024
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Arturo McFields Brasil

Lula y Foro de Sao Paulo en silencio ante crímenes en Venezuela, Cuba y Nicaragua

Lea aquí la columna de opinión de Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA y miembro del Cuerpo de Paz de Noruega.

El Presidente Lula mintió de nuevo. El 26vo Foro de Sao Paulo defendió con vigor a los dictadores y condenó las sanciones en su contra, el líder del Partido de los Trabajadores enmudeció sobre los 1.400 presos políticos de Nicaragua, Cuba y Venezuela.

Hace tan solo unos días, el Presidente de Brasil prometió abogar por la iglesia perseguida en Nicaragua y el Obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por Daniel Ortega y no lo hizo. Lula le mintió a Nicaragua, a Brasil y al Papa Francisco.

El Foro de Sao Paulo absolvió a los dictadores; la cita contó con la participación de los partidos comunista de China y Cuba, el sancionado hermano de Hugo Chávez, Adán Chávez, los responsables del fraude electoral de Nicaragua y un centenar de impresentables. Los derechos humos no llegaron.

Lula y el orgullo comunista; el Presidente de Brasil dijo en su discurso de media hora, que era un comunista confeso: “nos ofendería si nos llamaran nazis, neofascistas, terroristas, pero que nos llamen comunistas, socialista, eso nunca. Nos enorgullece”.

El Foro de Sao Paulo fue fundado en 1990 por Lula y Fidel Castro tras la caída del Muro de Berlín, es una organización radical integrada por 126 partidos políticos y organizaciones sociales, grupos intelectuales, sindicalistas y exguerrilleros “pacificados”.

El Foro de Sao Paulo también reafirmó su apoyo al régimen totalitario de China. En su documento base destacan que "China representa un factor de estabilidad y de equilibrio para la región” que ofrece una “cooperación sin condicionamientos políticos".

Culpan a la OTAN; el documento del Foro de Sao Paulo también exime a Putin de los crímenes en Ucrania y señala a Estados Unidos y Europa de incentivar el conflicto. Casualmente, el mismo planteamiento de Lula hace tan solo unos meses.

El lado equivocado de la historia

En este tercer mandato, el Presidente Lula vuelve más radical y menos demócrata. Con menos recursos económicos y menor apoyo legislativo, se ha puesto del lado de los agresores en Ucrania, Nicaragua, Cuba y Venezuela.

En marzo, Lula no apoyó la declaración de Naciones Unidas suscrita por 55 estados sobre crímenes en Nicaragua y en junio intentó lavar la imagen de Ortega en la OEA, pero fracasó; nadie apoyó su narrativa del “tirano bueno”.

El presidente de Brasil admira a Ortega, son hermanos de lucha y compañeros de izquierda. Gracias al sandinismo, Lula logró conocer a su líder y mentor, el dictador Fidel Castro, su gran inspiración para crear el ominoso Foro de Sao Paulo.

El mandatario brasilero dijo recientemente que “Venezuela tiene más elecciones que Brasil” y que la democracia es “relativa”, aconsejó a Maduro cambiar la “narrativa” en su contra, ignorando muertos, desaparecidos y 7.2 millones de exiliados.

El pasado 30 de junio, la artillería legal de Brasil y Venezuela apuntaron sus cañones contra lideres de oposición: Corina Machado fue inhabilitada por 15 años y Bolsonaro por 8; una casualidad, como un rayo que cae dos veces en un mismo lugar.

Apoyo a esclavitud moderna: Lula ha oxigenado las controversiales brigadas médicas cubanas. En algunos países los galenos reciben 1.800 dólares de salario, pero la dictadura Castrista les arrebata el 95% de sus ingresos. Una injusticia que Lula no ve.

Terminó esta edición del Foro de Sao Paulo, con reclamos a los países ricos, apoyó a los dictadores eternos y ojos cerrados a sus crímenes de lesa humanidad, nada fuera de lo ordinario.

En 33 años de vida, la organización creada por Castro y Lula no ha aprendido nada, lejos de ser un Foro se parece más a un monólogo, un altoparlante del poder, apoyada por sus leales servidores y lacayos.


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