"El sistema de inteligencia de la dictadura cubana tiene entre sus objetivos la infiltración": Rosa María Payá, activista
“Ha sido una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas del gobierno estadounidense por parte de un agente extranjero”, así describió el Fiscal General de Estados Unidos el caso contra el exdiplomático estadounidenses Manuel Rocha.
Detenido a principios de este mes, Rocha está acusado de servir como informante al gobierno cubano mientras trabajó, durante años, en el Departamento de Estado y, brevemente, en una posición en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca.
Nacido en Colombia hace 73 años, Rocha creció en Nueva York, se formó en las mejores universidades estadounidenses y comenzó una carrera en el Departamento de Estado en 1981 que le llevó a ocupar cargos tan relevantes como los de embajador en Argentina, Bolivia o República Dominicana.
El FBI llevaba tiempo investigándolo a raíz de una pista recibida por los agentes. Tras meses de seguimiento, los investigadores lograron su confianza al hacerse, uno de ellos, pasar por un supuesto miembro de la inteligencia cubana con quien mantuvo conversaciones que fueron grabadas en las que Rocha reconoce su trabajo para el régimen durante décadas.
Su detención ha sorprendido a muchos en Estados Unidos, incluida la activa comunidad cubana del sur de Florida que sigue de cerca la actualidad en la isla y las decisiones del régimen cubano.
En los últimos meses, ese seguimiento se ha centrado especialmente en la respuesta represiva de los agentes de seguridad cubanos contra la población civil que se ha manifestado en diversas ocasiones –con mayor o menor éxito– para protestar por la escasez de alimentos o servicios, además de para pedir más libertades.
Rosa María Payá, activista cubana, fundadora del movimiento Cuba Decide, habló sobre el tema en el programa Cuestión de Poder de NTN24.
“El sistema de inteligencia de la dictadura cubana tiene entre sus objetivos la infiltración (...) En Cuba hay una crisis profunda de violencia política. La salida de esa crisis es la salida de la dictadura. Hay más de 1.000 cubanos presos por pensar distinto”, sostuvo Payá.
