Ministro de Defensa del gobierno de Gustavo Petro asegura que ejercerá "toda la fuerza" contra el ELN

Pedro Sánchez, el nuevo ministro de Defensa de Colombia, aseveró en una entrevista con la AFP que responderá con "toda la fuerza" a las amenazas de la guerrilla ELN de emprender una "guerra total", aunque reconoce un debilitamiento de la fuerza pública pese al fortalecimiento del crimen.
Recién investido en el cargo el 3 de marzo, el general en retiro de la Fuerza Aérea se convirtió en el primer militar que asume la jefatura de esta cartera desde la Constitución de 1991.
Paradójicamente, el presidente Gustavo Petro, quien en su juventud perteneció a una guerrilla, le asignó la misión de recuperar la seguridad cuando el país atraviesa la peor crisis de violencia tras el desarme de la guerrilla FARC en 2017.
Sánchez, de 52 años de edad, colgó el uniforme de militar para ser ministro y encuentra un país incendiado con dos grandes focos:
La región de Catatumbo en la frontera con Venezuela, donde el Ejército de Liberación Nacional (ELN) asesinó a decenas de personas en enero, y el Cañón del Micay (suroeste), una zona cocalera en la que disidentes de las FARC y campesinos que se resisten a la entrada de la fuerza pública secuestraron este mes a una treintena de militares y policías.
La semana pasada ante las cámaras de la AFP, el ELN advirtió de una "guerra total" en el país ante el "fracaso" de la política de paz de Petro.
Esa amenaza "se responde con toda la fuerza legítima del Estado para defender a los colombianos, nosotros no somos una fuerza de violencia, somos una fuerza de contención de la violencia", aseguró.
"Una guerra total de ellos es terrorismo total, es sicariato total, es todas las aberraciones y violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario", agregó.
Para mediados de enero, el ELN demostró su fuerza atacando en el Catatumbo a la población civil y a sus enemigos en esa región, los disidentes de la extinta guerrilla FARC, que no firmaron el acuerdo con el Gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.
Dicha arremetida dejó más de 70 muertos y 55.000 desplazados, según cifras oficiales.