Venezolanos aprovechan colas de gasolina para ejercer el comercio informal
En la mayor escasez de combustible que ha vivido Venezuela, desde el paro petrolero de 2002, las avenidas y calles del país se han convertido en gigantescos estacionamientos de vehículos que hacen filas de hasta tres días a la espera de surtir gasolina.
Ante esa realidad que se agrava con la crisis económica y la pandemia por el COVID-19, muchos venezolanos decidieron reinventarse y sacarle provecho, ofreciendo productos y servicios en las colas.
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Desde café, hasta desayunos, almuerzos, golosinas y postres son ofrecidos por vendedores informales que además aceptan diversas formas de pago como: divisas en efectivo, transferencia bancaria, pago móvil y pago por punto de venta.
Bancos y negocios como zapaterías y peluquerías reabrieron este lunes en Venezuela en una flexibilización de la cuarentena vigente desde mediados de marzo por la pandemia de COVID-19, y con ellos salió en busca del pan aquella población que vive del día a día.
La despensa de los venezolanos es cada vez más precaria. Donde 61,2% de la población vive en pobreza extrema, según una encuesta de las mayores universidades de Venezuela y ahora están obligados a permanecer en sus hogares debido a la amenazante pandemia del coronavirus.