Jovenel Moïse fue asesinado hace un año en su casa y la violencia ha seguido su curso. Haití se quedó sin presidente, un magnicidio que aún no se aclara, los habitantes viven en medio de la violencia marcada por las pandillas y huir parece ser la única opción. Impunidad, abandono, terremoto y ansias de huir. Las escuelas secundarias en la capital se han convertido en el refugio de adultos y niños que huyen de tiroteos en los barrios donde la lucha entre pandillas rivales ha dejado docenas de muertos y casas destruidas en las últimas semanas, las pandillas han asesinado y secuestrado a cientos de personas en Puerto Príncipe, según informa la Organización de Naciones Unidas, y han tomado control del Palacio de Justicia, donde se encuentra el principal tribunal de la ciudad.
Además, presuntos pandilleros incendiaron un tribunal cerca de Puerto Príncipe, en un nuevo ataque contra el maltrecho sistema judicial del país, es el segundo tribunal incendiado o saqueado en menos de dos meses. Esta semana la ONU denunció que, solo en la capital, más de 400 personas han sido víctimas de la violencia entre pandillas este año.
Haití, entre el abandono, la violencia y la desesperación por huir. Las pandillas gozan de impunidad generalizada y dejan en corto tiempo 471 muertos, heridos o desaparecidos. ¿Por qué las pandillas se han convertido en autoridades de facto en algunos lugares? ¿A dónde va a parar Haití? El análisis con Yvenet Dorsainvil, integrante del Consejo Consultivo del Instituto Nacional de Derechos Humanos, también integrante del Consejo Consultivo Nacional de la Migración y vocero de las Organizaciones Haitianas en Chile, con Jean Michel Caroit, analista político y periodista internacional y con la diputada nacional Zulay Rodríguez, quien ha dado seguimiento a la crisis migratoria de haitianos en el Darién.
Redacción: Ferney Porras Santana