Los retos que tendrá que asumir el nuevo presidente de Brasil
Este domingo 2 de octubre más de 156 millones de brasileños votarán para elegir a su próximo presidente, un gobierno que deberá enfrentar en los próximos años diferentes retos en campos como el político, el social y el económico, entre otros.
Economía
Brasil encara un crecimiento por encima de lo esperado, el desempleo está a la baja y aparentemente refleja salud fiscal. Pese a esto, la economía puede ser un reto para el ganador de las elecciones de este domingo, en las que se enfrentan principalmente el presidente Jair Bolsonaro y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro podría concluir su mandato con una deuda pública superior a la que tenía Brasil cuando asumió el poder, equivalente al 77,6 % del PIB en el mes de julio, y dejará lo que los economistas han tildado como una “bomba fiscal”.
“Muchos problemas están siendo empujados para el año que viene, principalmente en la parte fiscal”, alertó Bráulio Borges, economista de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
De acuerdo con Borges, lo que el Gobierno de Bolsonaro ha otorgado en términos fiscales para estimular la economía en pleno año electoral podrían comprometerla en los próximos años.
Cabe mencionar que el PIB brasileño creció un 1,2 % en el segundo trimestre de 2022 y empujó al gobierno a elevar las previsiones para este año del 2% hasta el 2,7% anual.
"Ese crecimiento ha sorprendido mucho, pero en parte tiene que ver con la propia política fiscal superexpansionista que el Gobierno de Brasil está promoviendo para conseguir su reelección", declaró Borges.
Asimismo, la tasa de interés escaló desde el 2 % en marzo de 2021, un mínimo histórico tras la llegada de Covid-19, hasta el 13,75 %, su mayor nivel desde 2016.
El aumento de intereses por parte del Banco Central ha conseguido frenar, en parte, el avance de la inflación, la cual cerró agosto en el 8,7 % interanual tras haber superado los dos dígitos.
No obstante, a la moderación de los precios también contribuyó la reducción de impuestos sobre los productos industrializados anunciada por Jair Bolsonaro tan solo algunos meses antes de los comicios en los que buscará su reelección.
VEA TAMBIÉN → No solo son Bolsonaro y Lula: ¿Quiénes son los otros candidatos que buscan la Presidencia de Brasil?
Aspecto social
El desempleo en Brasil bajó al 9,1% entre el mes de mayo y junio de este año, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), no obstante, el trabajo informal se ha elevado a los 13,1 millones de brasileños, que representan el 39,8% de la población activa.
Se calcula que alrededor de 33 millones de brasileños pasan hambre y 9,9 millones están desempleados en un país de 213 millones de habitantes.
Aun cuando Jair Bolsonaro aumentó en el mes de agosto en 50% (hasta los 600 reales) el subsidio Auxilio Brasil, que era el antiguo Bolsa Familia de Lula, se conoce que el 15% de la población vive en condiciones de inseguridad alimentaria severa, según datos de la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (PENSSAN).
“Este crecimiento económico ni siquiera ha tocado a la parte pobre de la población, no hubo una reducción real del precio de los alimentos, excepto los de frutas y verduras de temporada y la carne, pero debido a las restricciones a la exportación. Los pobres no pueden acceder a los alimentos como deberían”, explicó José Graziano da Silva, ex director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación.
Se especula que la emergencia es más alta en el norte y noreste de Brasil, en los estados de Alagoas, Piauí y Amapá que lideran la crisis.
Por su parte, Lula promete lanzar un Bolsa Familia “renovado y ampliado”, agregando a los 600 reales mensuales otros 150 (US$28) por cada hijo menor de seis años. Su propuesta tiene como pilares la inversión pública y la mejora del salario mínimo para restaurar el poder adquisitivo de los brasileños frente a la elevada inflación.
El líder del Partido de los Trabajadores también se plantea implementar una reforma tributaria “para que los pobres paguen menos y los ricos paguen más”.
DE INTERÉS → Avanzan las elecciones en Brasil: Jair Bolsonaro y Lula da Silva ya ejercieron su derecho al voto
Seguridad
Desde que Jair Bolsonaro asumió el cargo en el 2019, el líder de la ultraderecha lanzó decenas de decretos para permitir el acceso de armas a la población.
De acuerdo con el Instituto Sou da Paz, una ONG especializada en temas de seguridad con sede en Sao Paulo, al día más de 1.300 armas nuevas son compradas por civiles.
Se cree que aproximadamente 994 millones de municiones se han vendido en el país durante el mandato de Bolsonaro, quien argumenta que "un pueblo armado jamás será esclavizado".
Las nuevas normas impulsadas por Bolsonaro han habilitado a cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas a portar armas sin limitaciones, un derecho que estaba reservado sólo para grupos específicos como militares, policías o agentes de seguridad.
Este aumento de las armas ha sido justificado por el Gobierno de Bolsonaro y los sectores más próximos a él con la idea de una disminución de homicidios en todo el país.
Durante la campaña, Bolsonaro ha prometido aumentar la inversión en órganos de seguridad pública como policías estatales y Fuerzas Armadas.
También ha defendido la flexibilización en el acceso a las armas, para ampliar "el derecho fundamental a la legítima defensa y la libertad individual".
Por su parte, Lula dice que es necesaria una "nueva política sobre drogas" que sustituya el actual modelo "bélico" de combate al narcotráfico con estrategias que privilegien la "investigación" y la "inteligencia" para desarticular las organizaciones criminales.
Política Ambiental
Bolsonaro ha sido duramente criticado por no proteger la selva amazónica. Durante su mandato, la destrucción de la selva tropical más grande del mundo se profundizó alcanzando una deforestación histórica en los primeros tres meses del 2022.
Sin embargo, en el mes de julio, el líder de ultraderecha firmó un decreto medioambiental que establece multas más altas frente a tala ilegal, pesca, caza y deforestación.
Dicha medida parece ser la primera acción concreta que apoya la promesa de Bolsonaro de hacer cumplir las protecciones ambientales en Brasil para acabar con la deforestación.
No obstante, varios expertos vieron la medida con escepticismo y aseguraron que pudo haber sido una estrategia en su campaña de reelección por la presidencia de Brasil.
Redacción ntn24.1eye.us