La residencia favorita de la reina Isabel II podría abrirse a la realización de bodas y reuniones
Una de las residencias más queridas en la realeza británica podría abrirse a bodas y otros eventos por pedido del rey Carlos III.
Se trata del castillo de Balmoral, residencia de verano del rey, quien solicitó a las autoridades locales el permiso para celebrar eventos.
La solicitud del monarca busca obtener la autorización para organizar "bodas, cenas, reuniones y eventos asociados" en un edificio cercano al castillo, conocido como el "Queen's Building".
Las autoridades locales de Aberdeenshire tienen en sus manos aprobar o negar la solicitud durante una reunión prevista para el 30 de octubre.
Si hay luz verde, el lugar podría acoger hasta 277 invitados en el interior y 144 más en un patio exterior.
La petición incluye la autorización para vender alcohol y tocar música "hasta las 00:30" y especifica que "estos eventos serán raros a lo largo del año".
El Queen's Building, situado al norte del castillo y cerca de las caballerizas, fue construido en la década de 1980 para alojar al personal y su comedor, pero el año pasado fue renovado para convertirse en un restaurante para los visitantes.
El dominio de Balmoral, donde la reina Isabel II falleció el 8 de septiembre de 2022 a los 96 años, se extiende por 20.000 hectáreas de páramos, bosques y tierras agrícolas en el norte de Escocia, a unos 31 kilómetros al oeste de Aberdeen.
Balmoral fue la residencia real preferida de Isabel II.
Por su parte, el castillo fue adquirido por el príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria, a mediados del siglo XIX, y desde entonces ha sido una residencia de verano predilecta de la familia real.
Sus jardines han estado abiertos al público durante mucho tiempo, al igual que su salón de baile. Sin embargo, este año el resto del castillo se ha abierto más ampliamente a los visitantes por primera vez, como parte de los planes del rey Carlos III de acercar la vida real al público.
Las entradas para las visitas guiadas se agotaron en 24 horas después de salir a la venta, a pesar de que los precios superaban las 100 libras esterlinas (140 dólares) y 150 libras (189 dólares) con una pausa para tomar el té inglés.