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Domingo, 22 de diciembre de 2024
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Arturo McFields Ilan Goldfajn

Elección del BID puso en evidencia divisiones y fracaso de la izquierda latinoamericana

Lea aquí la columna de opinión de Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA y miembro del Cuerpo de Paz de Noruega.

El Presidente Jair Bolsonaro tal vez no ganó la reelección, pero cerró con broche de oro los últimos meses de este año, logrando que su país ganará la Dirección de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y hace 48 horas la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Estos dos cargos de altísima relevancia hemisférica fueron codiciados por candidatos de países de izquierda, pero debido a sus ambiciones personales y profundas divisiones internas, solo obtuvieron un rotundo fracaso.

Ilan Goldfajn, un economista sin afiliación política, fue electo con 80% de votos como el nuevo Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, convirtiéndose así en el séptimo jefe del BID y el primero en la historia de Brasil. El triunfo de este banquero que cuenta con un doctorado del MIT, no fue celebrado por todos. Algunos en el equipo de transición de Lula dijeron que este fue “un golpe” de Bolsonaro, mientras el mismo Presidente Electo de Brasil, guardó un silencio sepulcral en su cuenta oficial de Twitter sobre esta histórica victoria.

Goldfajn jugó un papel clave como Presidente del Banco Central de Brasil (2016-2019), ayudando a traer estabilidad económica en días de gran agitación, tras la caótica salida de la Presidente Dilma Rousseff y la llegada del Presidente Michel Temer. Goldfajn se separó de la refriega ideológica de quienes lo llamaban golpista y trabajó en favor de un manejo responsable de las finanzas, la cual trajo estabilidad económica y ayudó a bajar los tipos de interés de 14.25% a 6.5%. Hasta hace muy poco, sus éxitos y prestigio lo llevaron a ser Director del FMI para el Hemisferio Occidental.  

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La izquierda se vio débil y dividida

En esta elección del BID, la llamada marea roja de la izquierda latinoamericana lució débil y fragmentada.  Ninguno de los candidatos del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (Alicia Bárcenas /Gerardo Esquivel), lograron consenso. AMLO solo alcanzó sumar 8.21% de los votos, evidenciando su poca habilidad negociadora, ambición desmedida y un débil liderazgo en las Américas.

Argentina por otro lado, estaba en su segundo intento por competir por la anhelada silla del BID, pero ante la falta de apoyo de sus compañeros mexicanos, decidió declinar y negociar con Brasil, Canadá y Estados Unidos. El gobierno argentino apoyo a Goldfajn y obtuvo así el respaldo para la Vicepresidencia y otros dos cargos directivos en el BID. Esta decisión apretada generó un fuerte choque entre Argentina y México.  

Chile y su izquierda moderada, aceptó su derrota y llamó al BID a ponerse al servicio de todos los países de la región e incorporar las necesidades de las economías de ingresos medios.  Este país obtuvo durante la votación un respaldo de 9.93%.  

Petro apoyó a Bolsonaro

El Presidente de Colombia, Gustavo Petro, se distanció de la locura de la izquierda radical y apoyó al candidato presentado por el Presidente Jair Bolsonaro. Colombia, a través del Ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, saludó la victoria del nuevo presidente del BID y ratificó que siempre había dado su respaldó a la candidatura del economista brasilero.

Una nueva etapa en el BID

El BID y su brazo del sector privado, BID Invest, cerraron el año 2021 con una cifra histórica de US$23.400 millones de dólares en nuevos financiamientos y compromisos para América Latina y el Caribe.

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Con el triunfo de Goldfajn, el BID comienza un nuevo capítulo en el que deberán promover un banco más moderno, ágil, enfocado en el combate a la pobreza, el cambio climático, la inclusión y el empoderamiento a mujeres, este último sigue siendo una gran tarea pendiente.

Un BID con principios que no financie dictaduras

El nuevo BID debe promover un mayor escrutinio y seguimiento a los préstamos y un cumplimiento cabal de las cláusulas en materia de transparencia, respeto al medio ambiente e institucionalidad. Países como Nicaragua, con regímenes dictatoriales y corruptos, no pueden seguir obteniendo cheques en blanco del BID.  Aquí hace falta un banco con principios y valores, no únicamente una entidad financista de tecnócratas ciegos y mudos ante el mal uso de sus recursos. Esta también es una tarea impostergable e imprescindible del nuevo BID.

El autor fue miembro del Cuerpo de Paz de Noruega y embajador de Nicaragua ante la OEA

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